Jacinta



Jacinta es de esas pibas, que tenés que querer, no te queda otra, te ataca, te acorrala, con una cerveza, en algún rincón, de paredes ásperas. Tiene la desfachatez, el código del arrabal, la sonrisa inflamable. Es, Jacinta, una mina que sabe de noches de verano, interminables, a orillas del río, de brazos partidos. Es, Jacinta, amiga mía, de esas que quiero. Compartimos la inconstancia, la capacidad de empezar, de dejar, de tirarnos a la banquina, de reírnos de todo, y de todos. Cuando vuelva brindaremos con copas de plástico, amiga.

Uh, que país!




Siempre que pongo una canción en el facebook –ese lugar hostil, en donde todos creen que están haciendo una revolución, y ponen frases que pueden echar un poco de luz a esa mega sociedad virtual, de la que se sienten parte, y se putean, pero al final de 25 comentarios ponen: yo respeto tu idea eh, soy re democrático- es porque la vengo cantando toda la semana, quizá un mes, la misma, digamos, soy repetitivo. Y generalmente, porque no está a la moda, a nadie le gusta, salvo, siempre hay, por ahí, alguno que se equivoca y le erra a la tecla, viste. Pero la cuestión es que, como a la noche me quedo hasta tarde escribiendo cosas que nunca voy a publicar, lo estoy escuchando a Zamba en un programa de radio. Zamba, tiene en muchas canciones, esa vidriera de los locales de ropa de segunda, están los versos en esas canastas llenas de ropa barata. Es a simple vista marginal, porque se caga en la pomposidad y te mete una canción con tres acordes, o sea, mersa para las chicas de la UBA, que viajan a Miami, y están muy preocupadas por el tema del dólar de Greenpeace, y además, no pueden comprarse más microfibras. Uh, qué país! Tiene canciones, decía, muy profundas, que están por la calle, en los colectivos, pero con tres acordes. Niñas, esa simpleza es la más difícil de conseguir, y también la más difícil de explicar y hacer entender. Y además es mucho mejor que la música que pone mi vecina, que parece se peleo con su novio, y castiga a todo el departamento con canciones de Rosana. Y bue, hay que aguantar todo. Qué país! 

La soberbia de los perdedores


Hace algunos años  -ya la memoria no me ayuda, súmale que, además, me estoy quedando pelado, y con esta soledad, que es muy grande, y que, además, no le importa a nadie- cuando vivía en una pensión, ahí, cerca de la facultad de económicas de la Uba, donde ahora se hizo en la esquina de Córdoba y Uriburu un monstruoso edificio para los posgrados que… bueno, dejemos eso así como está. Pero decía en esos días que la ciudad me cagaba a palos, hoy también, tenía un amigo, que estudiaba en la cama, él, ya era médico, tenía que rendir no sé qué examen para empezar no sé qué cosa, para después poder ejercer, tampoco sé qué cosa, lo que sé es que hoy trabaja, en un hospital en Paraná, creo. De ahí me quedó un enorme respeto por los que estudian en la cama, y Doc, si alguna vez lees esto, te mando un abrazo, grande. Yo en esos años empezaba en este mundo, chiquitito, aburrido, solemne, al que denominan periodismo. Escribía mal, era pésimo, tengo algunas cosas guardadas, los cimientos, las mentiras, jaaa, cuantas. El otro día fui al Congreso, tengo un amigo que trabaja ahí, que también vivió en la pensión conmigo, un gran amigo Carlitos. Trabaja para una diputada K de Jujuy, me dio unos papeles, no dijimos nada de juntarnos porque ambos sabemos que no nos íbamos a juntar (por tiempo, distancia, por cosas importantes, bah, mentira, porqué no sé). La cosa es que escribo esto en el diario, porque me aburro, y ya estoy aburrido, y adivinen… quiero renunciar. No, mentira. La cuestión es que, en estos días, uno mira las cosas de costado, en el cordón de la vereda, donde nadie se atreve a sentarse, porque consideran que es bajarse de status. Pero en esta guerrita, tonta, floja de papeles, en algunas mentes, claramente irreal, son también aburridas. Pero graciosas. El pensamiento binario reinante están estúpido que tiende a homogeneizar todo, y es digno de análisis. Pero decía –y no quiero perder el eje, porque en el divague  la cosa se diluye- esta guerrita que llevan adelante es tan mersa, pueril, que creen, encima, que la están ganando. Cartón pintado. Dentro de esta polarización entre los reaccionarios más reaccionarios que no encuentran el número de los cuarteles y por eso se juntaron en la plaza de mayo a pedir que le dejen comprar dólares para contribuir con la paz mundial, con la ávida y marquetinera defensa del medioambiente, para mandar su dólar a Greenpeace. Esto se le pasó a todo el Kirchnerismo, a toda la prensa. Es para ayudar a Greenpeace la convocatoria, en plaza de mayo, mal pensados. Decía, la soga la sostienen de ambos lados, los defensores de Greenpeace, que quieren liberar a willy, y…. los fanáticos, empedernidos que mueren por sacarse fotititos con los funcionarios de tercera línea y hacer la revolución en las redes sociales. Pobreza por todos lados. Cartón pintado. Lo de Greenpeace y los militontos. Bue, es lo que hay. Pero, ah. En niveles de estructura, digamos que es lo que se pelea –con los errores de implementación, y volvemos a ciertos fracasos comunicacionales de otra época- se está discutiendo la cultura, esa batalla, que no se da en las redes sociales, amiguitos. Esta batalla necesita, de varios componentes más, para que pesificar, sea una opción para la gente de a pie. Mis mayores ahorros los tengo en pesos, y en la tarjeta sube. Que pobreza, niña mía, te mentí cuando dije que colaboraba con Greenpeace y que quería liberar a willy. La discusión tiende a ser estructural, y esa es la batalla más compleja, porque como se dice el hábito es la estructura, estructuralizante, estructuradora. Y cómo jode, cuando te sacan la alfombrita del baño, ja. La cosa viene por ahí, sumada a la unificación del código civil, la posible reforma de la liberal constitución argentina, la reforma de la carta orgánica, bastión del neoliberalismo – que nunca se detiene y hoy está haciendo estragos en europa, junto con el fascismo recalcitrante que está haciendo escala y equiparando adeptos-. Es de vital importancia hacer un balance de las nuevas mesas chicas de poder, las mesas chicas, de las mesas chicas. Brasil es el exponente más grande de América del sur, pero sin la arrogancia de creerse el portavoz de la región. Arma entramados de disputa de poder a EEUU con los países que componen el BRICS (sumaron a Sudáfrica). Argentina tiene un creciente liderazgo en el G-20, levantando la bandera en contra del FMI y de este anarco capitalismo. En este tablero mundial, las variables van cambiando, estados unidos sigue perdiendo peso, China –la revolución industrialista que amasija trabajadores pero crece- va copando el tablero como en el TEG. Tiene capitales en los principales bancos de eeuu, es el que más inversiones tiene en América latina – y acá la pregunta es: Cambia el bastón de América del norte a Asia?- convirtiéndose en el motor de las economías de la región. Dentro de este marco, quizá desolador y poco auspiciado por las pantallas, que solo hablan del dólar en forma aislada, y no hablan de otros países, de las limitaciones para su compra en otros lados más civilizados que este. Por ejemplo Japón pone restricciones del 400% al arroz, comercializa con su moneda, no con dólares, y bue, acá se hace todo mal. El eje estructurador pasa por la alianza con Brasil, la implementación de políticas en conjunto, de medidas paliativas para apaliar la crisis mundial, esa que los muchachitos de Greenpeace quieren vivir porque pasa en europa, o sea, esta re a la moda, pero en este país, que está aislado del mundo y no entiende nada, no la quieren traer a que desfile por estas tierras. Cristina no entiende nada, de nada. Nos deja en manos de la soberbia de los perdedores.       

Un callejón sin salida para Moyano


Por Guillermina Genovese

Publicado el domingo en Edición Nacional

En el medio de la tensión de cara a las próximas elecciones para elegir nuevas autoridades de la CGT, Hugo Moyano se coloca frente a un dilema al enfrentar al movimiento obrero con un gobierno que innegablemente ha devuelto la dignidad a los trabajadores.
La instauración a partir de 2003 de un modelo productivo reindustrializador con inclusión social, orientado hacia el mercado interno y la generación de empleo; la recuperación de las negociaciones colectivas de trabajo – piedra angular de la actividad gremial-; la estatización de los fondos jubilatorios; y la significativa recuperación del salario en la participación de la riqueza, dan cuenta de un proceso social ascendente de recuperación de derechos para los trabajadores y sus representaciones sindicales.
Ahora bien, las tensiones entre el ala política y la sindical del peronismo fueron una constante en la historia del movimiento, traducida en violencia, ayer, reservada a la pura retórica, hoy. Si hay algo que el peronismo ha hecho es decirle a los trabajadores y sus gremios que debían involucrarse en política. El 17 de octubre de 1945 conserva trascendencia en el tiempo no sólo por ser el mito fundacional del movimiento sino también por convertir a los trabajadores en actores políticos. Por ello, las aspiraciones del líder de la CGT de trasladar su actividad gremial a la esfera política no resultan ajenas. Pero en esta decisión, el titular de la central obrera pretendió dejar de ser un aliado del kirchnerismo para convertirse en su socio, una pretensión que ya tuvieron otros dirigentes sindicales –Cipriano Reyes y Vandor, en distintas épocas - en la larga historia del movimiento obrero organizado y su relación con el peronismo. Lo cierto es, sin embargo, que el movimiento nunca aceptó el doble comando, por lo que la estrategia disruptiva planteada por Moyano lo conduce inevitablemente a un callejón sin salida.
Si bien la práctica política corre por terrenos que suelen distar de la lógica teórica, en la comparación del kirchnerismo con la década menemista realizada por Moyano, la conducción sindical vuelve a dar un salto al vacío. Si bien los reclamos de la CGT, principalmente la eliminación del mínimo no imponible al salario, son demandas justas para el conjunto de los trabajadores, el líder de camioneros no puede asimilar seriamente a la “sintonía fina” del kirchnerismo a las políticas de ajuste de la década menemista. Se trata de una lectura demasiado inexacta e inapropiada para alguien que no solo conoce a la perfección el paño político, sino que también ha sido el representante de la resistencia sindical a la reforma estructural de los noventa. 
En este escenario de ruptura, que describe un punto de no retorno en su relación con el Gobierno, Moyano deberá demostrar que cuenta con la suficiente fuerza para continuar al frente de la central obrera sin el apoyo del kirchnerismo. Habrá que esperar a la resolución de las internas para acercarnos a un escenario más o menos definitorio, pero todo indicaría que la CGT va a camino a la fragmentación, un proceso que tendría no sólo consecuencias para la representación gremial y su vínculo con el gobierno, sino que implicaría un debate mucho más profundo sobre el modelo sindical argentino.

Lic. Guillermina Genovese

  A mamá le encantaba el mar. La última vez que pudo ir se trajo un cuadro con olas que rompían en una playa. Pidió que lo colgáramos encima...